¿A dónde se va la grasa que pierdo?
¿A dónde se va la grasa que pierdo?
Existen muchas ideas equivocadas en torno a este tema. Cuando perdemos grasa estamos perdiendo materia. Es cierto, la grasa que perdemos produce energía que necesitamos para vivir y para movernos, pero la materia no se destruye. ¿A dónde se va la grasa que pierdo?
Es curioso que muchas personas piensan que sólo se convierte en movimiento y calor (energía), pero la verdad es más compleja. Las moléculas que componen los lípidos (grasas) salen de nuestro cuerpo en formas que probablemente no imaginamos.
La grasa se pierde, principalmente, a través de nuestra respiración. Cuando exhalamos liberamos bióxido de carbono y vapor de agua que son exáctamente las moléculas que resultan de la reacción química.
Cuando perdemos grasa sale esta materia de nuestro cuerpo por la nariz y la boca, principalmente, un 80% se convertirá en bióxido de carbono y 20% en agua. Esta última puede salir de nuestro cuerpo también como sudor y orina.
Debemos recordar que para que nuestro cuerpo use la grasa corporal para obtener energía es necesario que nuestra sangre no tenga un nivel elevado de la hormona insulina, que tiene como función almacenar la energía en las células, como ocurre después de comer.
Nuestro cuerpo usa principalmente glucosa como fuente de energía. Ésta la obtenemos principalmente de los carbohidratos. Cuando la glucosa de nuestra sangre es baja, nuestro organismo intenta llevarla a niveles normales usando las reservas de glucosa almacenadas en el hígado en forma de glugóceno.
Aproximadamente la mitad de la energía que usa nuestro cuerpo todos los días proviene de la grasa que comemos, pero si mantenemos bajos los niveles de glucosa e insulina en la sangre usaremos más grasa corporal para obtener energía.