Cómo abandonar los malos hábitos de alimentación
Cómo abandonar los malos hábitos de alimentación
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Todas las personas tenemos hábitos. Algunos de estos son hábitos saludables que nos ayudan a vivir una vida mejor, como sería realizar ejercicio diariamente, controlar tus niveles de estrés, dormir bien y comer saludablemente. Pero, qué pasa cuando tenemos malos hábitos que nos han llevado a subir de peso o inclusive a desarrollar alguna otra enfermedad crónico degenerativa como la diabetes. Cambiar un mal hábito que está poniendo en riesgo nuestra salud ya no solo es conveniente, sino que es urgente y necesario que lo hagamos. Para abandonar o cambiar un mal hábito, primero debemos de reconocer que lo tenemos, para así crear una estrategia para cambiarlo. Ya que te hiciste consciente de tu mal hábito, ve sustituyendo algo malo por algo positivo. Recuerda que el éxito radica en realizar cambios pequeños.
Te compartimos algunos ejemplos de los peores hábitos que te hacen subir de peso y como abandonarlos.
- Estar comiendo durante todo el día lo primero que encuentras. Si pasas mucho tiempo en la oficina o en la escuela, es muy probable que comas lo primero que encuentres. Lamentablemente casi te podemos asegurar que no te encontrarás frutas y verduras, sino comida chatarra llena de sal y azúcar que te hará seguir comiendo más y más.
- Saltarse el desayuno. Por despertarnos tarde, por las prisas o por el motivo que sea, saltarse el desayuno es un mal hábito que te puede hacer subir de peso. Para modificar este hábito, prepara tus alimentos la noche anterior o si definitivamente tienes mucha prisa para cocinar algo más elaborado como huevos u otro platillo, opta por los licuados con avena, verduras y frutas. Lo más importante es que no dejes de comer.
- Comer cuando te sientes ansioso. Si cada vez que sientes ansiedad o estrés asaltas tu refrigerador o alacena, estarás comiendo no por hambre, sino por ansiedad. Cuando te sientas nervioso o estrenado, antes de comer, toma un vaso con agua, realiza unas respiraciones o sal a caminar un poco. Verás que tu ansiedad disminuye al igual que tus deseos de comer.
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