¿La grasa se puede convertir en músculo y viceversa?
Nuestro cuerpo tiene muchos tipos de tejidos y todos son importantes y cumplen una función. El tejido muscular y el adiposo son dos de los que más nos llaman la atención porque son visibles, sobre todo cuando su masa se lleva al extremo. Además tienen un impacto en cómo se ve nuestro cuerpo (aunque también, desde luego, en cómo funciona).
El músculo y la grasa no son intercambiables. Uno no puede convertirse en el otro. Son células distintas que tienen diferentes funciones.
Un brazo, por ejemplo, tiene aproximadamente en el centro el hueso que llamamos húmero, después tiene los músculos que lo rodean (los más notables el bíceps y el tríceps), junto con vasos sanguíneos mayores y nervios y, entre el músculo y la piel tenemos una capa de grasa que tiene muchas funciones, entre ellas proteger las estructuras internas de golpes y lesiones y también servir de reserva de energía.
A continuación presentamos un diagrama de ejemplo con dos brazos del mismo grosor, pero con una composición distinta. En el de la izquierda vemos el brazo de una persona con mucha grasa y poco músculo y en el de la derecha está un brazo de una persona fuerte con un porcentaje de grasa corporal más bajo. Lo interesante de este ejemplo es que ambos tienen el brazo del mismo diámetro, aunque en la realidad un brazo se vería flácido y sin forma y el otro tendría una forma muy atractiva por los músculos bajo la piel.
Lo mejor es que tu cuerpo tenga un porcentaje de grasa saludable (aproximadamente entre 10 y 20% para hombres y 15 y 25% para mujeres) y esto se logra con una dieta saludable que con contenga una cantidad excesiva de energía que el cuerpo tenga que almacenar.
Este mito existe principalmente porque muchas personas que desarrollan una musculatura significativa al hacer ejercicio parecen perder su definición muscular, pero conservan el volumen del cuerpo. Esto no se debe a que el músculo se convierta en grasa, sino a que el músculo se hace más pequeño y la cantidad de grasa aumenta, probablemente por los hábitos alimenticios de la persona.
Si una persona con sobrepeso hace ejercicio, la grasa no se endurece, como piensan muchas personas. Lo que sí ocurre es que los músculos crecen y se fortalecen y este proceso ayuda a que se consuma más energía, por lo que ayuda a bajar de peso. Los resultados no se observarán inmediatamente, sino que se verán después de algunas semanas.
La masa muscular se desarrolla con ejercicio físico ya que el músculo reacciona a la actividad que se le pide. Las personas con poca actividad física tienen músculos atrofiados (pequeños, débiles y susceptibles a lesiones) y las personas activas, que practican deportes y realizan ejercicio tienen músculos fuertes, grandes con ligamentos, tendones y huesos también en buen estado.