Cómo romper un mal hábito
Cómo romper un mal hábito
Te recomendamos también leer:
¿Has tratado de rompe un mal hábito y al final siempre regresas a el? No estas sol@. La mayoría de las personas que tratamos de romper un mal hábito, volvemos a él a los pocos días de haberlo dejado. Lo primero que tienes que hacer, es no sentirte culpable o creer que eres una persona poco disciplinada o con falta de carácter. Lo más seguro es que tu acercamiento a cambiar ese hábito no ha sido el adecuado…hasta ahora.
Tu cerebro está acostumbrado a seguir el mismo camino y no importa si el resultado es positivo o negativo para tu vida o salud, en ambos casos (es decir sea un hábito positivo o negativo) el proceso siempre se da de la misma manera. No vamos a decirte que romper un mal hábito será fácil y más si ya llevas cierto tiempo con él, pero siguiendo las estrategias educadas, puedes llegar a sustituir ese mal hábito, por algo positivo.
El hábito sea este bueno o malo, le simplifica la vida a nuestro cerebro, ya que este no tiene que gastar mucha energía en realizar algo, lo hace simplemente de manera automática y más si el resultado es placentero. Por eso, deberás de poner una atención muy clara en el hábito que quieras cambiar, para modificar el esquema mental de nuestro cerebro. No podrás dejar un mal hábito, sin sustituirlo por algo más.
Por ejemplo, tienes el mal hábito de comer comida chatarra cada vez que llegas de trabajar. Tal vez cada vez que llegas de trabajar te sientes frustrad@ (eso te puedo desencadenar el hábito), así que vas a tu alacena y tomas una bolsa grande de frituras y te vas a la televisión a comerte la bolsa entera, sintiéndote posiblemente relajado y se te olvida la frustración. Es algo que haces en automático, es más, casi te podemos asegurar que cuando te vas acercando a tu casa, ya estás pensando en esa bolsa de papas. Siguiendo con este ejemplo, será muy difícil cambiar todo el hábito, pero lo que puedes hacer es sustituirlo por algo más positivo. Llegas frustrado del trabajo (ya identificas lo que te provoca el deseo de comer las frituras), ¿qué te parece que en lugar de ir directo a la alacena, vayas a dar una breve caminata? (si tienes un perro, estará feliz de que sustituyas ese nuevo hábito). Realiza esa sustitución durante varios días y pronto te darás cuenta de que en lugar de comer frituras, estarás llevando a caminar a tu mascota (¡quien por cierto, estará feliz y esperando tu llegada!).
Cambiar un hábito requiere de paciencia y perseverancia, recuerda, primero tienes que identificar qué te dispara el actuar de una manera, para así, sustituir la acción por otra más positiva.
Te recomendamos también leer: