Disfunción eréctil, problema psicológico o fisiológico
Disfunción eréctil, problema psicológico o fisiológico
Más personas de las que te imaginas sufren disfunción eréctil. Un fenómeno actual es la dependencia de muchos jóvenes, hombre y mujeres, a obtener satisfacción sexual de la pornografía en internet que ha provocado que los estímulos y sensaciones de una relación de pareja parezcan menores ante la cantidad e intensidad de estímulos visuales disponibles ahora a través del internet de alta velocidad.
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La disfunción eréctil es un problema serio que debe ser atendido por un profesional, ya que puede causar problemas emocionales graves a quien lo padece. No poder lograr una erección de suficiente fuerza para lograr realizar una relación sexual o no poder mantenerla por un tiempo suficiente para alcanzar satisfacción sexual es algo que debe platicarse con un médico.
Es común que algún hombre sufra disfunción eréctil temporal en algún momento de su vida. Causas tan diversas como cansancio y estrés crónicos pueden ser la causa, así como falta de confianza en la pareja o una personalidad nerviosa. El problema está cuando la disfunción eréctil se vuelve un problema de todos los días.
Un médico deberá examinar al paciente para descartar causas fisiológicas, entre las que pueden estar daños a los vasos sanguíneos o los nervios de la región perineal. También es importante apuntar que una alimentación pobre en nutrientes puede causar o agravar este padecimiento en algunos casos.
Independientemente de la ayuda profesional, una dieta balanceada, rica en alimento naturales es un factor que puede prevenir este problema. Mantener un peso adecuado y tener un estilo de vida que incluya la actividad física es también una forma de combatir este problema antes de que se presente. El descanso adecuado y la hidratación también son factores que afectan la salud.
Entre las causas psicológicas comunes está las ansiedad que puede producir la expectativa del desempeño sexual. Las relaciones sexuales humanas son complejas e incluyen desde actos que tienen que ver con la confianza con la pareja, la comunicación y la capacidad para buscar placer y procurarlo. La pornografía ha alterado la percepción de la sexualidad, especialmente en jóvenes que han conocido más del sexo por medio de películas eróticas que por vivencias personales. Entre las distorsiones más frecuente están la percepción del tamaño promedio del pene, que es mayor en los actores de películas porno. También en las películas se ven situaciones que en la vida real son diferentes, como la velocidad para alcanzar la excitación y el orgasmo, así como lo que excita a una persona.
