Mi hijo tiene obesidad ¿Cómo puedo ayudarlo?

Mi hijo tiene obesidad ¿Cómo puedo ayudarlo?

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Lamentablemente, cada día el porcentaje de niños con obesidad y diabetes va creciendo en el mundo. Enfermedades que antes la padecían los adultos y los adultos mayores, se están presentando con mayor frecuencia en los niños. Es una situación alarmante que debe de preocupar a las instituciones gubernamentales, pero en especial a la familia, ya que mientras que un individuo sea menor de edad, es responsabilidad de sus padres o tutores brindarle el mayor cuidado y educación.

Si tus hijos todavía son pequeños, es el momento ideal para ir estableciendo buenos hábitos de alimentación, para evitar que en un futuro desarrollen sobrepeso y obesidad. Aunque cualquier tiempo es el indicado para modificar malos hábitos y sustituirlos por unos hábitos más saludables.

Continúa leyendo  y recuerda que es tu responsabilidad que tus hijos desarrollen un correcto estilo de vida.

Predica con el ejemplo. No puedes pedirle a tu hijo que haga algo que tú no haces. No puedes decirle que no coma comida chatarra, si todo el día te ve a ti haciéndolo. La familia y en especial los padres, son el primer espejo de los niños. Desarrolla tú buenos hábitos de alimentación, así el seguirá tu ejemplo.

No promuevas las dietas, sino la buena alimentación. Hemos visto lamentablemente como los padres en lugar de darles de comer alimentos saludables a sus hijos, los ponen a dieta y peor aun, los alimentan con «comida light o baja en grasas». Un niño necesita nutrientes, recuerda que está en crecimiento y no debes de limitar el consumo de productos naturales como frutas, verduras, carne, pescado, legumbres, etc.,

Que tenga a la mano alimentos saludables. Recuerda siempre tener a la mano verdura o fruta picada y frutos secos. Así cuando ellos tengan hambre, podrán encontrar una opción saludable, además de nutritiva.

No lleves a tu casa comida que no pueda comer. Olvídate de comprar comida chatarra, ya que si la tienes en casa, seguro que tus hijos van a preferir ese tipo de comida, por la simple razón de que es más adictiva, llena de azúcar y sal. Si en tu casa no encuentran frituras o dulces, seguramente dejarán de consumirlos en otros lugares.

Limita el consumo de comida poco saludable. Si en algún momento se les antoja comer una pizza o hamburguesa, que sea muy de vez en cuando, tal vez una o dos veces por mes. Y cuando consuman ese tipo de comida, busca las opciones más naturales posibles.

Sustituye comidas que le gusten por otras más saludables. Prepara con el alimentos más saludables, llenos de sabor y de nutrientes. Será una experiencia muy gratificante tanto para ellos, como para sus padres, el preparar un platillo saludable que puedan consumir.

Por favor, ¡no les des refrescos o jugos artificiales! Hemos visto a niños realmente muy pequeños con una botella de refresco como si fuera un biberón. Los niños crecen consumiendo refrescos en lugar de gua. El daño para su cuerpo es enorme. Los niños no deben de consumir refrescos ni bebidas azucaradas, acostúmbralos a tomar agua simple.

Deja de asociar la comida con premios o castigos. Los alimentos sirven para nutrir nuestro cuerpo, para estar sanos y fuertes, y en el caso de los niños, para crecer y desarrollarse. Nunca premies o castigues a tus hijos con comida, por ejemplo, darle un dulce si se portan bien o quitarles a postre por que no hicieron la tarea. Busca otras formas de hacerlo.

Evita comer frente al televisor o con dispositivos móviles. Fomenta que tus hijos no coman viendo la televisión o con dispositivos móviles. Cuando coman, busca que sea en un ambiente tranquilo y relajado, en donde ellos aprendan a disfrutar de sus alimentos.

Realicen ejercicio juntos. Pueden salir a correr o a caminar, a realizar algún deporte, a bailar o incluso una rutina de ejercicios en línea. Además de que tendrán una actividad juntos, podrán estar más saludables. Recuerda que deben de pasarla bien ejercitándose, no es momento de críticas, ni competencias. Si ellos disfrutan la actividad junto con sus padres, buscarán hacerla diariamente.

No critiques, ni lo molestes. El «bullying» que viven los niños con sobrepeso u obesidad, no solo lo viven en sus escuelas, muchas veces también se da en la familia. Hermanos que molestan o tristemente, padres que en lugar de ayudarlos, se burlan de ellos, o los presionan para que pierdan peso. Para un niño, es muy doloroso sentirse criticado o molestado por sus padres. Debemos de ayudarlos, respetándolos y amándolos.

 

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