¿Por qué me arden los músculos al hacer ejercicio?

¿Por qué me arden los músculos al hacer ejercicio?

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¿Te ha pasado que durante  una rutina de ejercicios intensa, sientes como si tus músculos te ardieran? No debes de preocuparte, es un proceso normal que sucede cuando el ácido láctico (es precisamente el causante de este ardor) se libera debido a que tus músculos no obtienen suficiente oxígeno para convertir los alimentos en energía. El ácido láctico le ayuda a los músculos a continuar con la actividad intensa por unos minutos más, pero como medida de protección, se vuelve tan ácido (es ese ardor que experimentas) que debes de parar. Tu cuerpo te está diciendo que es momento de detenerte. Una vez que tu cuerpo comienza nuevamente a recibir oxígeno, el ácido láctico disminuye y prácticamente desaparece de tu cuerpo.

Si tu cuerpo no está entrenado o lo llevas a un esfuerzo mayor del que está acostumbrado, estarás experimentando esa sensación de ardor en cada uno de tus entrenamientos. En la medida en la que vayas entrenándote y tu cuerpo se vaya adaptando, ese ardor dejará de estar presente.

Entrenarse con energía y pidiéndole a tu cuerpo un poco más de lo que está acostumbrado, te llevará a mejorar,  sin embargo, debes de aprender a escuchar las señales que recibes de tu cuerpo y a hacerles caso. Continuar un entrenamiento cuando tu cuerpo te está diciendo que pares, es un acto de destrucción y de maltrato.

Entrena con responsabilidad, con amor a tu cuerpo. A continuación te damos algunos consejos para llevar tus entrenamiento al siguientes nivel, sin dañarte.

  1. Trabaja progresivamente. Querer obtener resultados inmediatamente, a costa de tu salud, es una manera de sabotearte. Establece un plan de entrenamientos y ve avanzando poco a poco, esforzándote, sin dañarte.
  2. Mantente hidratado. Tomar suficientes líquidos durante tu entrenamiento y a lo largo del día es lo mejor que puedes hacer por tu cuerpo.
  3. Aliméntate naturalmente. Dale a tu cuerpo los nutrientes que requiere para recuperarse y trabajar al 100. Como verduras, frutas, carnes, pescados, semillas, aceites naturales y por supuesto, evita los alimentos industrializados.
  4. Realiza calentamientos y estiramientos. Antes y después de ejercicio, debes de calentar y estirar tus músculos para evitar lesiones o dolores.
  5. Descansa. Dale a tu cuerpo la oportunidad de recuperarse, no lo sobreentrenes y duerme por lo menos 7 horas diariamente.
  6. Escucha y respeta a tu cuerpo. Mantener un cuerpo sano, en movimiento y fuerte es parte del amor hacia él. No escucharlo, llevarlo al límite, maltratarlo es todo lo contrario. Aprende e escucharlo y a hacerle caso.

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