¿Quién te está haciendo engordar?

¿Quién te está haciendo engordar?

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Los seres humanos, somos seres sociales por naturaleza. Para ser aceptados, formar parte de un grupo y así sobrevivir, hacemos cosas, aunque muchas veces vaya en contra de nuestros propios intereses, ya que de esta forma garantizamos nuestra permanencia en un grupo. De esta forma, sabemos que es más fácil lograr algo cuando tenemos el apoyo de las personas con las que convivimos. Ya sea nuestra familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo, etc., Sin embargo, si realmente queremos lograr algo (perder peso, llevar una vida más saludable, hacer ejercicio, etc.,) es importante dejar de culpar a los demás y responsabilizarnos de nuestras acciones. Formamos parte de un grupo, pero como seres individuales.

Cuando una persona comienza a cambiar sus hábitos de alimentación, puede influir en sus amigos y familiares. Lo mismo ocurre de lado contrario. Si tu grupo cercano comienza a beber en exceso o a llevar una vida poco saludable, o te alejas de ellos, o te unes a ellos. Nos gusta copiar o aplicar lo que hacen las personas cercanas a nosotros. Como mencionamos en líneas anteriores, como seres sociales, buscamos que todos estemos iguales.

¿Te ha pasado que cuando inicias una dieta y los de tu grupo más cercano llevan una vida poco saludable, quieren por todos los medios que te quedes en la misma sintonía que ellos? Te invitan a comer, tienes miles de argumentos por los que debes de quedarte como estás, etc., Es completamente normal, quieren que todos estén iguales, como grupo.

Pero como seres individuales, debemos de aprender a tomar nuestras propias desiciones y a separarnos un poco de nuestro grupo y aguantar la presión social, respetando por un lado lo que elegimos y por el otro, lo que hayan elegido los demás.

El cambio, nunca es fácil, pero a continuación te damos unos consejos para que puedas realizar tus objetivos y transmitir tus deseos de ese cambio al grupo que perteneces.

  1. Busca tener claridad en tus objetivos y metas. Lo primero, es saber lo que realmente quieres. Tal vez por mucho tiempo por formar parte del grupo, siempre te adaptaste a los hábitos de los demás, aunque tu buscabas otra cosa. Ahora que ya te diste cuenta de lo que quieres y sabes que no es lo que haz tenido hasta este momento, quieres cambiar, así de sencillo.
  2. Habla con los demás de tus deseos de realizar un cambio. Ya sea perder peso, cambiar un mal hábito, etc., platicamos con tus amigos, pareja o familiares de ese deseo que tienes. No sabemos la respuesta que ellos vayan a tener, pero tu ya expresaste lo que quieres.
  3. No querer que los demás hagan lo que tu quieres. Quieres cambiar, pero no busques que los demás también hagan ese cambio. Tienes que ser firme, pero solo en tus propios deseos.
  4. Respeto a las decisiones de los demás. Hay personas respetuosas y otras no tanto. Trata de rodearte de aquellas que te apoyen en tus metas y objetivos, y por supuesto, tú se una de ellas.
  5. Establece tus propias metas y no te compares con los demás. Todos llevamos nuestros propios ritmos y metas. Compararte con los demás solo te alejará de lo que realmente quieres y te dejará con un profundo vacío.
  6. Cada quien tiene sus ritmos. No te conviertas en la típica persona que quiere que cuando te pones a dieta, todos lo hagan. Sabemos que es más fácil si todos están en la misma sintonía, pero no tienes por que presionar a nadie para que también cambie sus hábitos alimenticios.
  7. La mejor manera de motivar es con el ejemplo. Ya estas convencido que llevar una vida saludable es lo mejor, pero tu grupo cercano, ¡continúa cenando pizza! Si realmente quien influir en los demás, conviértete en su ejemplo. Si estás convencido de lo que haces, lo disfrutas y te apasiona, estamos seguros que varios seguirán tu camino. De esta forma, te convertirás en una influencia positiva para tu grupo, sin presionarlos.

Al final, recuerda que NADIE te hace engordar, ni hacer nada de lo que tu no estés de acuerdo. El único responsable de tu pérdida de peso (o de lo que quieras) eres tu, dejar de culpar a los demás es una forma muy madura de tomar consciencia de tus acciones.

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