¡Somos lo que pensamos!

Por Maribel Gómez

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A TRAVÉS DEL CONTROL DE LA EMOCIÓN Y DEL PENSAMIENTO PODREMOS CAMBIAR CONDUCTAS.

Un Pensamiento conlleva a una acción o conducta.

Para que entiendan lo anterior expondré los siguientes ejemplos:

A) Si el empleado de una empresa acostumbra llegar siempre tarde a trabajar, seguramente tuvo los siguientes pensamientos:

1.-Voy a dormir un rato más, no importa llegar tarde.

2.-No tengo porqué llegar temprano, si siempre salgo tarde del trabajo.

3.- Nunca he sido puntual y las empresas ni te lo agradecen.

B) Si otro empleado de la misma empresa acostumbra llegar siempre puntualmente a trabajar, seguramente habrá tenido los siguientes pensamientos:

1.-Me gusta levantarme temprano para llegar a tiempo a trabajar.

2.-Siempre me gusta llegar puntual a trabajar, me lo reconozca la empresa o no.

3.- La puntualidad es muy importante porque respeto el tiempo de los demás.

Lo mismo sucede con el fumador.

Si continúa fumando, es porque sigue considerando que fumar es un placer, un deleite del cual no quiere perderse, que lo tranquiliza y lo calma en momentos de estrés, que combina perfectamente con la copa, con los amigos y el café en la mañana.

Por otro lado, el alegre ex fumador considera que haber dejado de fumar ha sido lo mejor que le ha sucedido, que fue la mejor elección que pudo haber tomado, que se siente liberado y sobre todo feliz por no envenenar más su cuerpo.

NUESTROS LÍMITES SON IMPUESTOS POR NOSOTROS MISMOS.

SI HACEMOS LO QUE SIEMPRE HEMOS HECHO, OBTENDREMOS LO QUE SIEMPRE HEMOS OBTENIDO.

Para dejar de fumar exitósamente, el fumador deberá empezar a cambiar sus patrones de pensamiento para que su campo de acción sea nuevo y diferente.

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